sábado, 8 de marzo de 2008

Los ultimos hombres.

"Hay que llevar dentro de si un caos para poder engendrar una estrella danzarina"

¡Ay llegara el día en que el hombre ya no engendrara estrellas! ¡Ay llegara el día del hombre más despreciable que ya no puede despreciarse a si mismo!

¡Os muestro el último hombre!

"¿Que es amor? ¿Qué es creación? ¿Qué es anhelo? ¿Qué es estrella?", así pregunta el último hombre y parpadea.

La tierra se ha vuelto pequeña, y sobre ella se mueve a saltos el último hombre que todo lo empequeñece. Su especie es inexterminable como el pulgón: el último hombre es el que vive más tiempo.

"Hemos inventado la felicidad", dicen los últimos hombres y parpadean.

Han abandonado las regiones donde la vida era dura, pues necesitan del calor. Aman todavía al prójimo y se frotan unos contra otros, pues necesitan del calor.

Consideran pecado la enfermedad y la desconfianza. Se fijan mucho donde ponen el pie. ¡Es un tonto que todavía tropieza con piedras y con hombres!

Un poco de veneno de vez en cuando, para tener bellos sueños; y mucho veneno en el postrer trance, para que sea dulce la muerte.

Se trabaja todavía para pasar el tiempo. Pero se cuida de que el entretenimiento no canse.

No se es ya ni pobre ni rico, lo uno y lo otro es molesto. Nadie quiere ya gobernar: nadie quiere ya obedecer, lo uno y lo otro es molesto.

¡He aquí un rebaño sin pastor! Todos quieren lo mismo; todos son iguales; quien disiente del sentir general va voluntariamente al manicomio.

"Antes, todo el mundo estaba loco", dicen los más sutiles y parpadean.

Hoy, la gente es inteligente, está al tanto de todo lo sucedido y no se cansa de ironizar. Se pelean todavía, pero no tardan en reconciliarse, no sea que se estropee la digestión.

Tienen aun su pequeño placer para el día y otro, para la noche; pero rinden culto a la salud.

"Hemos inventado la felicidad", dicen los últimos hombres y parpadean.

Primer discurso de Zaratustra, Prologo. Nietzsche, F. (1896) Así hablaba Zaratustra.


Este texto implica una reflexion profunda. Rapidamente me remonto a aquel texto que me pasó Haruko sobre "la sombra" del psicoanalista Gustave Jung. ¿Es realmente necesaria la salud como objetivo? Hay muchas cosas que solamente se aprenden "a la mala" -se diria popularmente-. La situacion tiene un fondo mayor. Esto, como comentario breve.

¿Acaso estamos ante los ultimos hombres? ¿Incluso lo somos?

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